¿Teleeeee quééééé? ¡Televisión Digital Terrestre!
Este blog, es un Proyecto de Investigación de un grupo de estudiantes del curso Historia de la Comunicación CC- de segundo año de la Carrera de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica. Pretende abordar las distintas implicaciones que significaría para el sector audiovisual el llamado “apagón analógico”.

Realizado por Daniela Vázquez, Emanuel García, Saray Mora y Kathia Cárdenas.

martes, 6 de julio de 2010

ESTADOS UNIDOS

El llamado ¨ apagón tecnológico ¨, el cese de las transmisiones analógicas, se dio por hecho en el año 2009 en Estados Unidos. Esto convirtió a este país en el primero en el mundo, fuera de la unión europea en adoptar este cambio. Ya en el año 1993 se publicó la norma ATSC (Advanced Television Systems Committee ) que se desarrolló bajo el modelo de las redes de televisión por cable y hace énfasis en el reducido costo de los conversores que regirán la transición entre el sistema analógico y el digital.

En Estados Unidos se impulsa un modelo de televisión pago, enfatizando en la alta definición de la imagen (HDTV), este es apoyado un grupo de empresas que se encarga de desarrollar los estándares de televisión en el país Norteamericano. Es un consorcio que incluye más de 132 empresas asociadas, entre las que se encuentran ABC, CBS, NBC, Televisa; y empresas de diversos sectores como DirecTV, News Corp., Nielsen Media Research, Panasonic Corporation of North America, Samsung Electronics, SANYO Manufacturing Corp., Sharp, Sigma, Sony, Sun Microsystems, Intel, JVC, Microsoft, Mitsubishi Electric, Motorola, Time Warner Cable, Universal Studios, Toshiba, Zenith, entre otros .Además, ya otros países como Canadá, México, Corea del Sur, Guatemala y Honduras se adhirieron a este estándar estadounidense.

Según Prado & Franquet (1998) el ciudadano americano tiene a su alcance centenares de canales de televisión que puede recibir vía hertziana, cable o satélite. El cable es el modelo que más domina con un 65 % de hogares suscritos, por el que pueden recibir un número variable de canales, que incluyen ABC, CBS, Fox y NBC, las emisoras públicas de la PBS, emisoras locales, cadenas de cable de vocación nacional, cadenas especializadas, servicios de Pay per view (PPV) . El 7% está abonado a algún paquete por satélite de las 4 diferentes ofertas existentes, un 2% cubierto por compañías de MMDS (Multichannel Multipoint Distribution Service) o LMDS (Local Multipoint Distribution System). Y finalmente un grupo de 26% que sólo accede a la oferta disponible en abierto vía hertziana terrestre, en la que además de los cuatro grandes (ABC, CBS, Fox,NBC) y las opciones públicas, puede acceder a un número variable de independientes, según la zona en que viva.

En Estados Unidos se proclama la regulación e igualdad por parte de los legisladores. Un ejemplo de ello es la Telecommunications Act de 1996, en su Sección 254, se refiere al servicio universal en los siguientes términos: Los servicios de calidad deberán estar disponibles a precios justos, razonables y accesibles... en todas las regiones de la Nación... a tarifas que sean razonablemente comparables". Establece también que "Las escuelas elementales y secundarias y sus aulas, los centros de salud y las bibliotecas deberán tener acceso a los servicios avanzados de telecomunicación". Además señala que la provisión de estos servicios en las zonas rurales y en las áreas de alto costo deben hacerse "posibles a tarifas que sean razonablemente comparables a las cargadas por servicios similares en las áreas urbanas". (Prado & Franquet, 1998)

Sin embargo, como es usual esto no se representa necesariamente en la realidad. Por ejemplo, son escasas las escuelas públicas que disponen de acceso a Internet y sólo un 27% llega a las aulas. Además está claro que las prestaciones de los servicios dependen de las tarifas. El acceso a Internet se puede tener a diferentes velocidades y ello implica costos radicalmente diferentes. El acceso a 28.8 Kbps (modem telefónico de línea analógica) se obtiene por 20 dólares mensuales; a 128 Kbps (ISDN) cuesta 35; a 384 Kbps (ADSL) el precio se leva a 95 y a 1.544 Kbps (T1) la tarifa se eleva a 1.500 dólares mensuales. Incluso, cuando esta renovación se haya producido en su totalidad, estos servicios sólo estarán al alcance del 65% de los hogares que cubre el cable en Estados Unidos.

En relación con esto Prado & Franquet señala que por esta vía se está creando dos tipos de usuario. Los que pueden costear las conexiones para acceder a servicios sofisticados y los que se tendrán que conformar con el acceso de baja prestación que les mantendrá alejados de muchas de las prestaciones en las que radicarán los auténticos beneficios.

De la misma manera, cada vez es mayor la cantidad de información a la que se accede mediante subscripción o pago a la pieza. Así, la información estratégica sólo se puede obtener a un alto precio y la accesible para todos es la reproductiva, aquella que apenas concede al usuario capacidad de reutilizarla en la práctica social. Esto es igual a lo que ocurre con internet, con la cual se auguraba una sociedad globalizada mediante este medio. Sin embargo, es ya sabido que en la práctica ocurre lo que se conoce como brecha digital

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